Tras un par de años escuchando noticias de economía, no me considero una experta, pero ya empiezo a reconocer términos y formas de inversión en función de tus las estrategias elegidas.
Aunque debo admitir que muchas de las personas a quienes escucho no suelen ser muy amigas de las criptomonedas ya que no consideran que sean valores “reales”. No obstante, transmiten la importancia de los valores “tradicionales” y que suelen ofrecer mayor estabilidad y suelen tener un respaldo social de valor.
Es verdad que mucha gente se ha podido arruinar con criptomonedas, pero también con otros valores y si no estás muy metido en este mundo es difícil entender en qué radica realmente su valor. Yo considero que se encuentra en la descentralización y creo realmente que es el intento de su control lo que provoca su volatilidad.
Si es tan negativa la moneda digital, ¿porqué quieren crear las CBDC (Central Bank Digital Currency)? Bueno, el proceso ya está a punto de ponerse en marcha, hablar de “querer crear” ya se trata de una expresión histórica (en este aspecto).
Según mi teoría, repito “mi teoría”, han tratado de controlar las criptomonedas, sobre todo con en el Bitcoin, para generar inestabilidad y así presentar las CBDC y poder decirnos: “lo veis, no hay que fiarse de las criptomonedas, mejor veniros a las CBDC que son lo mejor y podemos evitar las estafas”. Cuando la verdadera estafa es su centralización.
Pero claro, después de cómo han actuado con el dinero fiat, ¿quién se puede fiar ya? Devaluaciones continuas en muchos países y, cuando no es así, una inflación que nos ahoga, “el impuesto del pobre” lo llaman.
No me gusta pensar en las criptomonedas como traider (aunque sé que hay de todo tipo de monedas, pero para eso está el estudiarlas previamente y tratar de entender en dónde “inviertes”), sino como reserva de valor a futuro, de un valor descentralizado, donde no puedan controlarme cuándo, cómo, dónde y qué bienes adquirir.
Tus bienes de valor
La cuestión es que escuché el otro día a uno de los expertos que yo escucho habitualmente que seguramente, al ritmo que va la economía, puede que nos retiren no sólo nuestro dinero fiat, nuestras CBDC, sino otras reservas de valor.
Las CBDC serán fáciles de controlar, electrónicamente, y no te quejes que podría ser peor. Pero cuando escucho cómo también podrían decidir coger tus metales preciosos, si lo has adquirido de forma legal, tienen el control de lo que tienes.
Hablo de metales preciosos, ya que no son bienes que se suela tener en casa, sino que suelen estar en custodia (cuando tienes oro “de verdad” y no un papel de un banco que diga que él tiene el oro y tú sólo el papel que lo indica, eso sería como tener dinero fiat), sino cuando contratas empresas que te guardan el metal (oro, plata, platino, etc.).
Ya sucedieron estos intentos en el tiempo, no muy lejano, hablo del siglo pasado, aunque finalmente no prosperó. Ahora que estamos tan dormidos, que no diríamos nada, admitiríamos e incluso diríamos que “es por nuestro bien”.
Ya he hablado en varias ocasiones sobre la libertad y considero que “mi bien” sólo yo puedo elegirlo. Es verdad que vivimos en comunidad y habrá algunos aspectos que deben ser comunes, pero “algunos”, no “todos”.
Nuestro esfuerzo personal
Me entró mucho nervio al escuchar estos comentarios sobre la posibilidad de que te puedan arrebatar el oro. Nos han educado para pagar impuestos, por el bien común, pero claro, a mí misma me cuesta entender de dónde viene el valor de nuestros bienes.
La historia del dinero comienza con la utilización de metales preciosos, piedras, plumas o sal, como forma de pago (intercambios), en Mesopotamia, alrededor del año 1.500 a.C. Previo a este intercambio se daba el trueque directo de bienes y servicios. Todo este sistema es la antesala de monedas y billetes.
En definitiva, el dinero se trata de la materialización social del trabajo humano, desde luego hay diversos y muy diferentes trabajos humanos, unos más físicos y otros más intelectuales, pero todos implican un esfuerzo personal (físico e intelectual), con el que interactuamos “en el y con el mundo”, tanto para nuestra realización personal como para poder vivir, siempre de la forma más coherente que consideremos.
Por eso no tiene sentido ese continuo escamoteo (actualmente se habla en España de casi un 50% al año) a nuestro esfuerzo personal, en el que normalmente usamos los bienes para poder mantener el valor de ese esfuerzo personal del que hablamos.
Una cosa es poder ceder parte de ese esfuerzo a una comunidad, porque si está bien organizada, al final también recibes, pero os recomiendo repasar la historia y estudiar lo que significaba “ser un esclavo” en algunas etapas históricas que nos tocó ya vivir y que parece se está repitiendo actualmente.

El futuro ya está aquí
Es verdad que estamos en momentos de cambio (demos gracias) y tratar de sentir seguridad (que suele asociarse a la estabilidad), a veces parece muy poco probable, pero hay que tener en cuenta que el futuro ya está aquí y que las criptomonedas ya son el presente y han venido para quedarse.
Hay que actuar con cuidado para que no te roben tus bienes digitales, guardando claves y sabiendo cómo custodiarlas, pero si actúas con ciertas precauciones, éstos serán uno de esos bienes que no podrán arrebatarte.
Tus bienes serán siempre tuyos, hasta que tú quieras, y no serán confiscados. También es cierto que deberás aprender a cómo adquirirlos y cuáles podrán mantener mejor el valor que desees con mayor probabilidad, pero como siempre, por ejemplo cuando estudiamos que casa comprar o incluso alquilar, dónde hacerlo y cuál te dará mejor descanso; o cuando queremos estudiar y decidimos universidad o centro de estudios.
Siempre hay soluciones creativas para situaciones comprometidas, ya que pensar en alternativas de valor para tener una vida tranquila hasta el final, llegue éste cuando llegue, pudiendo decidir en libertad, “eso”, no tiene precio. Creemos nuestro futuro.
Por este motivo os animo a compartir en comunidad y a conocer el CBC Business Club, para estar acompañados y que podáis aprender cómo salvaguardar parte de vuestro esfuerzo personal y poder decidir en libertad.
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